Hace 48 días me rompí el tendón de Aquiles… y todo cambió. Consultas, análisis, cirugía, reposo, dolor, molestias, en fin… la vida misma.
El reposo, al estar inmovilizado de la rodilla para abajo, es con yeso y muletas. Entonces caminar es todo un drama, desplazarse, moverse, bañarse, en fin, todo.
En este tiempo comencé a extrañar ciertas cosas simples, como caminar, salir, pasear. Pero no dejaba de pensar. En cierta ocasión me deprimí (un poco…) pensando en lo lindo que sería sentarme en el banco de un plaza a disfrutar una tarde sol (y ver a las palomas comer, como diría Calamaro) en ese instante razoné “y cuando estoy bien ¿lo hago? La respuesta fue “NO”.

El hombre añora lo que no tiene o lo valora cuando lo pierde. Pensamos que si lo obtenemos seremos felices. Recordé aquello que mientras encuentras lo que buscas, sé feliz con lo que tienes…
La felicidad pues es disfrutar lo nuestro, lo que nos toca y tenemos al alcance de la mano, el resto es la ilusión de la felicidad.
En fin… sigo en reposo, con algo de dolor y muy molesto.
MentesSueltas