sábado, 13 de noviembre de 2010

A un barrio

.

Vereda marrón de vagabundos,

balcones abiertos

con sonidos cercanos al oído.

Misteriosas rejillas de los sótanos

y sombras que juegan,

en un ajado portal de cedro.


Barrio, espacio en el tiempo,

que retiene el alma de un pibe.

Nuestro suburbio, nuestro cosmos.


Barrio, lugar imaginado,

novelesco y añorado por siempre.


La espera nos muerde planeando la vuelta,

que nunca será,

nos vuelve mustios.

Recuerdos y crepúsculos.

La espera, el barrio y el regreso.

Una conjunción inalcanzable.



MentesSueltas