sábado, 3 de noviembre de 2012

Mi barrio



En sus esquinas de piernas quietas,
aún escucho
los astros y los hombres vuelven cíclicamente
un añejo poema de Borges, grabado para siempre.



Nací entre sus calles hambrientas de amor,
atestadas de apariciones,
de visiones solitarias, íntimas.
Que a nadie podía relatar.



Las casas, los secretos
las paredes rotas y las flores secas.
Hoy regresan como señales azuladas,
de un cielo negro. Eterno.

 


Niños que juegan, desconocidos.
Bajan las calles, mudas.
Sudan los focos, en las esquinas con llovizna.
Pasean niños, de manos ausentes.
Solapan el dolor, con más recuerdos.



MentesSueltas

10 comentarios:

Maria dijo...

Hermosísimo poema.
Un abrazo.

Matilde dijo...

Me encanta leerte otra vez, hermosa mente, hermoso corazón

MentesSueltas dijo...

Ohma, te espero siempre por mi rincón de letras.

Matilde, lectora prehistórica... fiel. Me gusta leerte siempre.

Dos abrazos, vuelan.
MentesSueltas

F. Invernoz dijo...

Me ha encantado tu poesía sobre el barrio, tu barrio, el mío. Muy bueno.

Rembrandt dijo...

Hay poemas que leo desde el corazón y la nostalgia, este es uno de ellos.

Besos y gracias por este hermoso regalo que son tus letras.

REM

Dylan Forrester dijo...

Rememorar nuestro lugar es revalorar el comienzo de esta aventura llamada vida. Buenos versos.

Saludos.

Anónimo dijo...
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Ricardo Miñana dijo...

Un lugar lleno de encanto,
al que dedicas un precioso poema.
que tengas un buen fin de semana.
saludos.

F. Invernoz dijo...

Me encantó el poema, coincidiendo en ese eterno amor pasional por nuestro barrio. Me ha gustado muchísimo el post.

Anónimo dijo...
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