de tus latidos.
Y la lentitud
de mis movimientos.
Espacio dedicado a las Mentes Sueltas, las que no tienen un lugar y esperan el ansiado movimiento. Una plaza imaginaria... para jugar libremente, sueltos.
Y fui luz
Ásperas las ánforas
de la piel
que abandono
en este vuelo.
Secos los cántaros
de nuestro amor antiguo.
Secos los árboles
y los pájaros
de nuestra vida lejana.
Que fue lenta,
fue lápiz
y ahora es sólo
un papel vencido y extenuado.
Dejo las sílabas de Borges
en mis bolsillos.
Y los cuentos sin sonidos
en el césped misterioso,
frente al espejo.
Y fui luz. Por fin.
Y soy luz.
Me voy al valle
donde no existen los sahumerios
pues abundan los aromas.
y las flores.
Me voy,
en un clímax de palabras ausentes.
secas y profanas.
Por fin vuelo rumbo a Camelot
a recorrer los trigales de España
y las playas de Italia.
Por fin la luz.
La blanca luz
me levanta invisible.
Secos los cántaros
de nuestra piel
ya vieja.
Secos los pájaros.
He muerto.
Y tú lo sabes
Y ya no sufro.
Haré el vuelo final sobre Bergen
en mi Noruega desconocida.
Me voy rumbo al fuego final.
Seré un ángel
en tus atardeceres.
Y mi lápiz, mármol o
nácar tal vez.
¿Me acompañás?