A la mañana siguiente
el sonido de la lluvia,
anticipó el amanecer del último día.
La cabaña
aún guardaba los sonidos
los gemidos,
las verdades reveladas.
Afuera, bajo el alero frente al lago,
duermen las copas de licores amargos
y tristes finales.
El agua, acompaña la soledad
de las botellas vacías.
Las lágrimas de la noche anterior,
no se reconocen entre las gotas
de lluvia.
“… No quiero que se termine,
no quiero que me abandones…”
Esas letras me ayudan a mirar fijo
el espejo,
de mi alma desnuda.
Siempre las lágrimas son negras
De noche la lluvia es azul
y la verdad golpea mi razón.
El último amanecer
luego de matarte,
ya nada vale la pena…
MentesSueltas
Me confirmaron que mi libro estará en “
Estará en el stand de
Gracias por compartir mi alegría.