La noche del vuelo final
se partió mi sangre
en infinitos pedazos azules.
Aun hoy,
en las luces sombrías de la noche
te recuerdo.
Aun hoy,
en los soles apagados
de mis amaneceres fríos
te presiento.
Aun hoy,
me siento llorar
y me duele
la sequía de mis venas
arenosas.
MentesSueltas
Anna Vikentievna Dravgalis es una triste víctima del régimen comunista soviético y el desastre de Chernobyl. Durante la 2 ª Guerra Mundial había sido enviada desde su patria Bielorrusia a Alemania a trabajos forzados para los alemanes. Después de la guerra fue a Canadá junto con su marido Rafael Victorovitch Polansky para encontrar un nuevo hogar. Encontró un trabajo en la Sección rusa de la estación de radio CBS.
Compraron una casa en Montreal y dio a luz a un niño, Viktor Raffalovitch Polansky. Por último recibió la ciudadanía canadiense. Un día recibío una carta diciendo que su madre murió en su ciudad natal Bykhov (Bielorrusia, la Unión Soviética), pidío a ir al funeral. Pero cuando Anna se dirigió a Dravgalis Bielorrusia llegó a saber que su madre había muerto unos 10 años antes y que la carta acerca de su muerte era una falsedad - sólo una broma cruel orquestada por la KGB.
Ella nunca pudo volver a su casa en Montreal. Su pasaporte canadiense fue confiscado por las autoridades soviéticas. Desde ese momento Anna se encerró en su casa casi como un prisionero durante más de 30 años.
Su correspondencia era censurada, todos sus intentos de ponerse en contacto con la familia fueron detenidos. Autoridades de Belarús declararon que había colaborado con los alemanes durante la 2 ª Guerra Mundial y no le permitieron encontrar cualquier empleo adecuado.
Ella sobrevivió haciendo pequeños trabajos de costura y el cultivo de hortalizas en un pequeño jardín. Pero es contaminada por la lluvia radiactiva de Cesio-137 del desastre de Chernobyl.
Foto de Vaclav Vasku, 24 de marzo de 2005.